De buena fe…

Llegó el 22 con muchas actividades e invitados. La familia Chacón llegó de San Cristóbal y Caracas para acompañarnos en el combo de actividades planificadas para ese día, los Aponte Silva hicieron lo suyo desde hace dos meses cuando comenzaron los preparativos para la celebración, ahora todos nos acompañaban en la Capilla San Rafael Arcangel, donde un generoso y desenrrollado sacerdote nos facilitó el recinto sin mayores exigencias para que Pitter, un Padre cercano a la familia, nos bendijera de nuevo (la primera vez fue en nuestro matrimonio) dándole la bienvenida a Santiago a la Iglesia Católica. Los padrinos disparejos (tres varones y una niña) se comprometieron a ser guías de Santiago en su búsqueda espiritual, así como nosotros, sus padres, que aun con la deficiencias en la práctica religiosa que una gran parte de la población católica tiene, apostamos por la esencia buena del ser humano, el creer en esas cosas que no vemos, creer y formarnos como «buena gente», con valores y creencias que nos permitan enfrentar este mundo complejo. Creemos que en eso consiste la verdadera religión y por eso quisimos llevar de la mano a Santiago en esa búsqueda espiritual, sea cual sea más adelante su decisión sobre lo que crea o no.

El Padre Pitter, nos regaló un sermón hermoso, por lo realista y cercano, sobre el Amor. Ese sentimiento que nos debe guiar para aceptar al otro, para apostar a nosotros mismos como seres únicos y capaces de llevar por buen destino nuestras vidas. Ese mismo amor que llevó a los padrinos a comprometerse a guiar a Santiago como referencias y motivadores de un buen camino, signado sobretodo por el libre albedrío, ese don divino que nos lleva a tener la libertad de tomar las decisiones que creemos justas y correctas. A todos los conmovieron sus palabras, y fue el mejor comienzo del día para Santiago y su primer cumpleaño…