Hijos en redes

Estándar
Hijos en redes

Hace unos días me reuní con una gran amiga de la infancia. Vivir en la misma ciudad no garantiza que nos veamos, de hecho pocas veces lo hacemos. Con el WhatsApp pareciera que cumplimos con la cuota de cariño de estar en contacto. A nuestro grupo de amigas del colegio apenas si podemos etiquetarlas en una foto de esos recuerdos con los que Facebook nos sacude la memoria. A sus hijos, solo en fotos.

Nuestro último encuentro, dejó un reguero de recuerdos y reflexiones ¿Cuantas de las promesas que se hicieron entre las mejores amigas de la infancia se han cumplido?: Hermanas de sangre, amigas para siempre o espero que nuestros hijos puedan jugar juntos algún día… La adultez o el descuido barre con muchas de ellas. Agendas repletas o nuevas fronteras. Metamorfosis.

Ahora las redes sociales son el boleto único para ver crecer a esos niños que nunca llegaron a juntarse con los nuestros. Tenemos hijos de nuestras hermanas del alma regados por el mundo. Y entre likes y comentarios ingenuamente nos preguntamos con entusiasmo infantil, ¡¿cuándo nos vemos?! ¡Qué más da! ¡A veces con solo decirlo se siente cierta magia de eso que añoramos!

Tratemos de pensar que se puede, como cuando fuimos cómplices de nuestros juramentos de niñez. Como cuando nunca nos imaginamos que tocaba comenzar de nuevo en otro lugar del mundo, con la casa de muñecas ya amoblada y con las piezas completas.

Esa noche nuestros hijos jugaron juntos. Había cierta esperanza en nuestra sonrisa, hasta ternura. Por esta vez pudimos sortear esa mala racha de los desencuentros. Por un instante se activó el deseo de las hermanas del alma. Con o sin redes.

Los comentarios están cerrados.